—¿Qué te llevó a dar el salto de una vida estable en Barcelona al mundo de la cooperación internacional?
Todo comenzó en 1993, durante un viaje como turista a Cuba. Ese viaje me marcó profundamente: descubrí una realidad completamente distinta a la mía y, desde entonces, inicié una lucha interna por salir de mi zona de confort. Pasaron años hasta que finalmente decidí dar el salto y dedicarme a la cooperación internacional, pero esa semilla fue el principio de todo.
—En el libro mencionas anécdotas y dilemas personales en tus misiones. ¿Podrías compartir una experiencia que te haya marcado profundamente?
Es difícil elegir una sola experiencia porque todas me marcaron de alguna forma. Aprendí mucho de la población local, especialmente su capacidad de lucha y resiliencia frente a las adversidades. Ellos me hicieron reflexionar sobre lo privilegiada que he sido por nacer donde nací y valorar cosas que antes daba por sentadas. Esas lecciones me acompañan siempre.
—Has trabajado en contextos muy diversos. ¿Cómo te preparabas emocionalmente para enfrentar las adversidades que encontrabas en cada país?
La preparación emocional nunca es fácil, pero para mí es clave recordar por qué hago esto: para apoyar a quienes lo necesitan. Siempre intento llevar conmigo una actitud de apertura y empatía, además de herramientas como escribir, meditar y apoyarme en los compañeros de equipo. Saber que no estás sola en esos momentos difíciles hace toda la diferencia.
—¿Qué impacto crees que tiene la cooperación internacional en las comunidades con las que trabajaste?
Creo que la cooperación internacional, tanto gubernamental como no gubernamental, puede marcar una diferencia significativa, siempre que sea respetuosa, adaptada a las necesidades reales de cada comunidad, siendo ellos los protagonistas y enfocada en soluciones sostenibles. No se trata únicamente de implementar proyectos para paliar las consecuencias de los problemas, sino de erradicar las causas estructurales que perpetúan la pobreza y la opresión. Para lograr un cambio real, es fundamental que la cooperación promueva el empoderamiento de las poblaciones locales y apueste por la incidencia política, abordando los problemas desde su raíz y fomentando transformaciones profundas y duraderas.
—El título de tu libro plantea una pregunta directa: «¿Valió la pena?». Después de 20 años, ¿cuál es tu respuesta?
Sin duda, valió la pena. A pesar de los momentos difíciles, cada experiencia me enriqueció como persona y profesional. Ver el impacto positivo, por pequeño que fuera, en las vidas de otros es algo que no cambiaría por nada.
Obra de Reyes Pesqueira Puyol.
—El libro también incluye un espacio para que el lector reflexione. ¿Qué te inspiró a incluir esta dinámica tan interactiva?
Quería que el libro no fuera solo un relato, sino una herramienta que invitara a pensar y cuestionarse. La reflexión es clave para entender la cooperación desde una perspectiva más personal y responsable.
—Narrar historias de personas anónimas que luchan contra la pobreza y la opresión no debe haber sido fácil. ¿Cómo manejaste la responsabilidad de ser su voz?
Con mucho respeto y humildad. Siempre intenté ser fiel a sus historias, narrarlas desde su verdad y no desde mi mirada. Mi intención fue visibilizar sus luchas, no protagonizarlas. En este libro solo menciono algunas historias y acontecimientos como pinceladas por cuestiones de seguridad y porque es muy complejo resumir un proceso vital de 20 años en 200 páginas.
—Tu formación como enfermera y trabajadora social debe haber influido en tu visión del mundo. ¿De qué manera estas profesiones moldearon tu perspectiva como cooperante?
Me ayudaron a entender las necesidades humanas desde una perspectiva integral. Como enfermera aprendí la importancia de la salud en contextos vulnerables, y como trabajadora social, la necesidad de un enfoque comunitario y estructural para lograr cambios sostenibles.
—La obra tiene un fuerte componente social y educativo. ¿Qué esperas que los lectores aprendan o sientan después de leer tu libro?
Espero que reflexionen sobre sus privilegios y comprendan la importancia de la solidaridad y la empatía. Pretendo que el libro los inspire a contribuir, de cualquier forma, a un mundo más justo. Además, aspiro a que desarrollen una mirada inclusiva y comprensiva hacia las causas que llevan a inmigrantes y refugiados a salir de sus lugares de origen, muchas veces huyendo para salvar sus vidas. Me gustaría que esta reflexión les motive a promover la integración en sus comunidades o, al menos, despierte su interés por conocer y valorar otras culturas, enriqueciendo así su visión del mundo.
—Para finalizar, ¿qué tal ha sido la experiencia publicando con la editorial Círculo?
Ha sido un proceso muy enriquecedor. La editorial entendió perfectamente el mensaje que quería transmitir y me acompañaron en cada paso, cuidando el contenido y el propósito del libro.
